En las grandes agitaciones políticas del S.XX en España la Iglesia Católica ha tenido un protagonismo reaccionario importante:ha reencarnado los valores militantes de la Santa Inquisición,añorando las monarquías absolutas que tantos privilegios y beneficios les aportó a lo largo de la historia. Y la extrema derecha española le ha seguido en un tanden de intereses creados.
Muchos ciudadanos veían en la Iglesia una enemiga que legitimaba una estructura injusta de la propiedad y la sociedad,al lado siempre de los poderosos,y olvidando “su rebaño”,una jerarquía eclesiástica integrista que defendía el rechazo a la libertad religiosa y los valores de una democracia liberal.
Las principales víctimas de esta intolerancia clerical fueron los ciudadanos librepensadores, personas relacionadas con la masonería,el naturismo,de la concepción laica de la vida,como sucedió con médicos ,profesores,intelectuales,y otras profesiones liberales.
No se mataba a los curas por motivos religiosos,sino por motivos políticos.
En Andalucía solo un 13% de la población iba a misa,y la gran mayoría de la ciudadanía no conocía la doctrina católica y sus ritos.
Tras al caída de la Dictadura de Primo de Rivera y la huida de la monarquía,que tantos privilegios otorgaron a la Iglesia, ésta adopto una postura opuesta desde el principio a la legitima República española,en oposición incluso a las directrices pontificias:
“La desobediencia de los católicos españoles a las directrices pontificias (aceptación del Régimen Republicano legítimamente instaurado) fue una de las causas que deterioraron la convivencia entre españoles y fue aprovechado como pretexto tanto por militares,políticos ultraconservadores,y jerarcas de la Iglesia,para legitimar “la Santa Cruzada”de Franco contra la República Española.
(palabras del canónigo de la catedral de Barcelona monseñor Carles Cardó,1946).
Hubo un gran numero de clérigos demasiado entusiastas y comprometidos en inculcar desde sus púlpitos a los católicos la mentalidad de una Iglesia perseguida que había que defender con la espada.Desde Mayo de 1931 aparecían Pastorales de grandes obispos(Gomá,Múgica,Segura,Irurita) contra las reformas que la República pretendía llevar a cabo,crispando la opinión publica.
Importantes jerarcas de la iglesia , como el canónigo magistral de Salamanca y rector del seminario de Comillas Aniceto Castro Albarrán con la publicación del libro “El derecho a la rebeldía”(1934),justificaban e incitaban a la rebelión ciudadana contra la República.
Este canónigo iniciada la Guerra Civil fue de los primeros en exponer y defender la “Teología de la Cruzada Nacional”.
Contaban con el apoyo de los terratenientes (en contra de la Reforma Agraria),industriales (contrarios a las Reformas Sociales),la nobleza (privada de la monarquía que tanto les favorecía y desprotegidos ante las nuevas reformas tomadas por la República), y los militares centralistas y africanistas que se enfrentaban a una Reforma Militar.
Un sector de los católicos ultraconservadores comienza desde 1931 una propaganda de desprestigio de las reformas republicanas sin precedentes y sin tregua:José Mª Gil Robles (apoyado
electoralmente por la Iglesia española y el Vaticano)y Ángel Herrera Oria desde la revista jesuita “Razón y Fe”,Eugenio Vegas Latapie, Eugenio Montes y Jorge Vigón desde la revista “Acción Española”,con artículos que incitan a la rebelión contra la República legitima a sus seguidores católicos,y a la sublevación a los militares descontentos.
Muchas de las leyes recogidas en la Constitución de la República Española chocaban frontalmente con esta ideología integrista tanto de la iglesia como de los grandes conservadores.
El 20 de Agosto de 1931 el Gobierno de la República Española se reúne con representantes de la Iglesia para resolver el problema religioso:de parte del Gobierno intervienen Niceto Alcalá Zamora
(Presidente de la República) y Fernando de los Ríos (Ministro de Justicia),como representantes eclesiásticos el Cardenal Francesc de Assis Vidal y Barraquer(arzobispo de Tarragona) y Federico Tedeschini(nuncio,secretario del Estado Vaticano). Establecen los Puntos de Conciliación en la relación Estado-Iglesia(con el visto bueno del Vaticano). Pero el episcopado integrista español no colabora e intenta por todos los medios antes vistos su desprestigio.
Los militares sublevados contra la República Española necesitaban una ideología que maquillara y legitimara el golpe militar de cara a los gobiernos demócratas europeos y EE.UU, en apelación a la ayuda urgente de suministros bélicos tras el frustrado golpe militar contra el Gobierno legitimo de la República Española,y en vista de la Guerra Civil que se avecinaba, y el sentido religioso de Guerra Santa en defensa de la religión fue el pretexto que utilizaron para ganarse la opinión de los católicos españoles y europeos :llevaron a cabo una batalla propagandista internacional protagonizada por los grandes obispos españoles mediante la Carta Colectiva a todos los obispos del mundo,encabezada por el primado cardenal Isidro Gomá y Tomás,en agosto de 1937,y en España con las grandes pastorales de guerra que justifican y apoyan el golpe militar.
La Iglesia española (salvo raras excepciones ) se unió desde el principio a la rebelión militar y consiguieron la TRANSUBSTANCIACIÓN del golpe militar en SANTA CRUZADA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
El fraile dominico Justo Pérez de Urbel se empeñó en demostrar la relación entre el ideario del Movimiento Fascista en España salido del golpe militar, y las doctrinas del Evangelio,e igualarlo a las Guerras de Reconquista (las grandes Cruzadas Medievales),dando así confesionalidad y justificación bíblica al golpe de estado contra la República Española y la Guerra Civil que desencadenó.
En Navarra el clero se ofrecía voluntario para acompañar a las columnas de requetés.
El jesuita de Santander Fernando Huidobro se hace capellán de la Legión y arenga a los soldados en el campo de batalla con fervor de cruzados (Legionarios de Cristo).
En Córdoba el fraile capuchino Jacinto de Chucena se presentó en el Cuartel de Artillería el 20 de Julio de 1936 para ofrecerse al Coronel Ciriaco Cascajo (uno de los impulsores y protagonista del golpe militar en Córdoba y la sangrienta represión que llevo a cabo contra la ciudadanía indefensa e inocente).
Este fraile fue locutor de Radio Córdoba desde el 14 de agosto de 1936, y con sus charlas incendiarias y arengas político-religiosas animaba a la represión y el exterminio de republicanos.
El clérigo Ildefonso Hidalgo,de la iglesia de San Andrés,(inseparable del sanguinario Don Bruno), el párroco de San Francisco,Carlos Romero,el canónigo José Maria Molina Moreno,párroco de Santiago,los curas Mariano Ruiz Calero y Angel Onieva Molina :confeccionaban listas negras y denuncias sobre sus parroquianos que sirvieron para la represión.
El obispo de Córdoba Adolfo Pérez Muñoz con sus Pastorales desde el púlpito ya mostraba su posición integrista contra la República, y tras el triunfo del golpe militar del Coronel Cascajo en la capital cordobesa, el día de San Rafael,el 24 de octubre de 1936, publica una apoteósica felicitación,presenta sus “respetos a tan admirado amigo”,y le “bendice de todo corazón,y abrazo con devoto y paternal afecto”.
En sus Pastorales de mayo de 1938 y la cuaresma de 1939 este obispo alzaba sus iras contra los “enemigos de nuestra amada patria”
De esta forma el clero cordobés bautizaba de Santa Cruzada el genocidio que los militares, apoyados por terratenientes e industriales cordobeses, estaban cometiendo con el pueblo inocente. Y de paso justificaban su presencia y adhesión al golpe militar y la posterior Dictadura Fascista.
Santificaban las “conquistas”de los rebeldes con misas de campaña en plazas publicas,alentando la moral de los rebeldes, bendiciendo y eximiendo de responsabilidades mediante la confesión,justificando las barbaries y los crímenes cometidos tanto en el frente como en retaguardia,bendiciendo los fusilamientos que se perpetraban casi todas las madrugadas.
El padre jesuita Bernabe Copado (natural de Villanueva de Córdoba), capellán de una columna de requetés,con la que luchó como “soldado de dios” por varios pueblos de Andalucía, en su libro de memorias narra con gran fervor y fanatismo religioso los asesinatos de inocentes (su lectura no tiene calificativos).
Esta participación tan extremista de la Iglesia en la vida política fue lo que motivo la reacción violenta de algunos grupos de la población represaliada.
El coadjutor de Santo Domingo, Federico Romero Fustegueras,pistolón al cinto,acompañaba a las milicias nacionales en Lucena en sus expediciones de castigo.Y el arcipreste Joaquin Garzón Carmona bendijo y condecoró al general golpista Varela.
EL párroco de Aguilar de la Frontera,Rafael Espinosa,carlista y propagandista en el boletín “Boinas Rojas”.
En el Seminario de San Pelagio de Córdoba el ideario fascista italiano y alemán corría como la pólvora entre los seminaristas.
Cuatro hermanos maristas en el verano de 1936 actuaron con Acción Ciudadana en el control,detenciones y represión de ciudadanos.
Por toda la geografía española se sucedían estampas del nacionalcatolicismo integrista:multitudinarios actos públicos de exaltación al Movimiento nacional,paroxismo religioso,homenajes,desfiles religioso-militares,bendición de armas,crucifijos,banderas…
Las víctimas religiosas en toda España ascienden a unas 7.114 personas. En Córdoba fueron 102 las víctimas religiosas.
Si comparamos estas cifras con el total de víctimas fusiladas por los rebeldes golpistas en Córdoba capital, estimadas en unas 4.000 personas , podremos acuñar la frase:”Todos los cadáveres no abultan igual».
Este apoyo “desinteresado” de la iglesia al golpe militar y la posterior dictadura fascista se tradujo en una Legislación “piadosa”del franquismo que otorgaba a la Iglesia Católica española, a su
jerarquía e instituciones unos privilegios impensables hasta entonces, con el objetivo de “Recristianizar la Nueva España».
A golpe de Decretos y Ordenes,la Dictadura del General Franco dejó en manos de la Iglesia la enseñanza ,tanto publica como privada, principal objetivo de la iglesia.
La asistencia espiritual católica y el servicio religioso fueron obligatorios en todos los planos de la sociedad :hospitales, clínicas,sanatorios,cárceles,cuarteles,colegios,universidades…todo controlado por Órdenes religiosas dependientes de la jerarquía eclesiástica.
Por Decretos se organizó también el “Nuevo Calendario Nacional de Festividades Religiosas”:el “Día de la Inmaculada”,festividad del Jueves y Viernes Santos,Mes de Mayo dedicado a la Virgen,festividad del “Corpus Christi”,fiesta del “Patrono de España”,el Apóstol Santiago.
El día de Santo Tomás sera festivo en todos los centros docentes de España.
Se conceden honores militares a Nuestro Señor y a su Iglesia.
Los Cardenales son equiparados a Generales en Jefe,los Arzobispos a General de División,y los Obispos a Generales de Brigada,(Orden de 12/11/1937).
La Iglesia española continua manteniendo con su firmeza y fe característica de siglos de autoridad, su «versión» tergiversada e interesada de la Historia de España entre los años veinte y ochenta del siglo pasado.Continúa en su empeño de beatificar y ensalzar a sus «caídos»en la Guerra Civil española,que no es otra cosa que un acto político más de los que lleva a cabo la Iglesia Católica española durante toda su existencia,acto político de reafirmación de los valores franquistas que continua manteniendo y defendiendo.
Y la derecha española incapaz de romper sus vínculos con la tradición autoritaria y antidemocrática de la Dictadura franquista,y más concretamente el Partido Popular como expresión mayoritaria y útil de casi toda la derecha española,se presta a esta manipulación y tergiversación de la realidad histórica de España.
Los poderes públicos democráticos a los que representa el Partido Popular, por votación de la ciudadanía,al estar presentes en estos actos confesionales (y financiados con dinero publico),insultan y menosprecian a millones de ciudadanos/as de un país laico y aconfesional (recogido en nuestra Constitución) que aun esperan que sus respectivos gobiernos democráticos garanticen y protejan los derechos de las víctimas y sus familiares a la verdad de lo sucedido,a una reparación moral,y un reconocimiento jurídico y político de las víctimas del franquismo que lo fueron por defender la legalidad de la República española,origen de nuestra Democracia actual.
Documentación recogida de los libros:»La Pólvora y el Incienso», de HILARI RAGUER.
«La Iglesia de Franco», de JULIÁN CASANOVA.
«1936 El Genocidio Franquista en Córdoba», de FRANCISCO MORENO GÓMEZ.
En Valderas, León, los curas Marcelino Macho y Nemesio García Pérez organizaron como cabecillas de las JAC (Juventudes de Acción Cultural) el atentado contra el alcalde socialista Gregorio Ruiz el 16 de septiembre de 1933, de resultas de cual muere Gregorio Ruiz y es herido de bala el vecino Santiago Gómez, que había acudido a ayudarle.
En Valderas, León, el domingo 19 de julio de 1936, el sacerdote Leandro Casado disparó desde el balcón de su casa, en el paraje conocido como La Alcantarilla, a «Sabas», empleado del dispensario de gasolina de Lino Martínez, ambos reconocidos izquierdistas. El herido va a morir desangrado con un tiro en una pierna por la que sangra abundantemente a casa de Víctor Palina, que está a la entrada de la calle Correos: en la esquina de la derecha la casa que será de Toso, de los Madera, que tiene un taller, y en la izquierda la de Palina, en la que agoniza tres o cuatro días mientras Palina no deja de repetir, acogotado por el compromiso, «¿cuándo nos llevarán de aquí a esta criatura?».
Hola Guillermo, soy vecino de Valderas y me gustaría conocer más sobre los hechos que narras y otros que, a buen seguro, han llegado a tus oídos por nuestros mayores.
Un saludo
Puedes contactar conmigo en ggilfraile@gmail.com y te informaré sobre mi investigación sobre la historia de Valderas, si lo deseas.